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Cuarenta años de la nueva cabecera urbana municipal de El Peñol.

Durante el año 2018 el municipio de El Peñol está conmemorando los primeros 40 años de su nueva cabecera urbana municipal.  En 1978 esta comunidad tuvo que desalojar forzosamente el Viejo Peñol para dar paso a las obras de ingeniería del Proyecto Hidroeléctrico del Rio Nare, ejecutado por las Empresas Públicas de Medellín.  El embalse de El Peñol y las obras de la central hidroeléctrica de Guatapé fueron en los años setenta la obra civil más grande de América Latina. 

El Nuevo Peñol fue el fruto de un movimiento social liderado por la iglesia, el cual logró la firma de un Contrato Maestro el 12 de abril de 1969, en el que bajo los lineamientos de las encíclica “ Populorum Progressio” (El Progreso de los Pueblos.  Paulo VI – 1967), el pueblo de El Peñol exigió sus derechos a la identidad y a poblar un territorio.  Doce años de conversaciones, paros cívicos, denuncias; propuestas inadecuadas, expropiaciones por vía administrativa, campañas oficiales de difamación y hasta la presencia militar, se necesitaron para que El Peñol no tuviera la misma suerte de otras poblaciones del mundo que desaparecieron para construir los grandes embalses que financió en su momento el Banco Mundial. 

Las consideraciones de orden técnico y urbanístico eligieron el sitio Guamito – Horizontes para construir la nueva cabecera urbana municipal teniendo en cuenta las visuales paisajísticas, la circulación de los vientos, la cercanía a la autopista Medellín – Bogotá; la disponibilidad de aguas y otros criterios.  Para esta gran obra se hizo un concurso público en el que se presentaron cuatro propuestas de las siguientes instituciones: “Grupo Habitar Limitada”; “Asesorías e Interventorías”; “Posada Gutiérrez y Compañía” y “Fajardo Vélez Arquitectos e Ingenieros”·   Finalmente se escogió la propuesta urbanística de “Posada y Gutiérrez” con algunas modificaciones.  Con éstos se contrató la construcción del Nuevo Peñol. 

Las Empresas Públicas de Medellín invirtieron $ 5.300 millones de pesos en la compra de los terrenos y la construcción de todas las obras civiles.  $ 2.800 millones costaron en su momento la construcción de los puentes y la vía que nos une con Guatapé.  Se intervinieron 50 hectáreas; 20 de ellas para construir 695 casas en 31 manzanas; y las otras 30 hectáreas se destinaron para la construcción de los edificios públicos, las zonas verdes y el amueblamiento urbano.  La unidad municipal, la unidad parroquial, la unidad educativa, la unidad comercial, la casa campesina, el acueducto, el alcantarillado y el alumbrado público con luces de mercurio, hicieron parte de la lista de estas obras. 

Para realizar semejantes trabajos, se removieron 2.450.000 metros cúbicos de tierra; 400.000 de ellos en descapotes; 1.050.000 en cortes y 1.000.000 en llenos.  Hubo cortes de tierra de 15 metros y llenos hasta de 20 metros, según consta en las libretas de topografía, que se conservan en el Archivo Municipal.  Estos trabajos fueron contratados por $ 110 millones de pesos con la empresa Conciviles en el año de 1975. 

Si bien la cabecera urbana del Viejo Peñol tenía la forma tradicional de una cuadrícula española que lentamente fue creciendo de manera espontánea acomodándose a la topografía de ese estrecho valle interandino, para el Nuevo Peñol se decidió construir un sistema de módulos con funciones especializadas, considerando que no sería lo más correcto repetir el trazado de un pueblo de la colonia en el siglo XX; pues los líderes peñolenses conocieron personalmente la experiencia vivida en los años sesenta por el pueblo de Guatavita en Cundinamarca.  Fue así como en el documento de las evaluaciones de los anteproyectos urbanísticos para la nueva cabecera, elaborado por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, se consignó el siguiente párrafo: 

“Trasladar el Viejo Peñol con sus formas actuales significaría querer reproducir la vida y los problemas de los antepasados, cuando en realidad los hechos están retando a los hombres de El Peñol a afrontar su propio futuro en condiciones diferentes.  Habrá cambios en la estructura económica y poblacional; habrá cambios en la morfología del pueblo debido a la topografía del paisaje del nuevo sitio.  Esto no quiere decir, que no haya valores positivos que la vieja población tiene y que deben ser vertidos en espacios físicos adecuados”. 

En otra de las propuestas urbanísticas analizadas en el documento antes citado, se lee también lo siguiente: 

“Existen valores ambientales fundidos en la psicología de los habitantes.  Es necesario conservar estos valores para mantener la identificación de la comunidad con el núcleo urbano.  El traslado de una cabecera no es un mero fenómeno físico, sino fundamentalmente la organización del edificio social que se ha conformado durante varias generaciones, de tal manera que ha llegado a integrarse una gran familia llamada: El Peñol” 

En 1978 el Nuevo Peñol fue una realidad  gracias al liderazgo de la iglesia local y  la administración municipal, quienes con un gran trabajo pastoral y comunitario lograron reiniciar aquí una vida social, económica y cultural, inspirados en una filosofía de progreso y de valoración humana.  La creación de COREDI como institución por excelencia de la educación rural campesina, es muestra de ello; al igual que la promoción del cooperativismo, la mutualidad,  la relevancia de las juntas de acción comunal, las instituciones de voluntarios, los muchos grupos culturales, deportivos y pastorales; y la asociatividad para el emprendimiento empresarial, son otros ejemplos.  El paisaje se transformó y el turismo entró a constituirse en un valioso renglón de la economía local. 

La trascendencia que hoy tienen los medios alternos de comunicación local representados especialmente en la Emisora Fénix de Oriente y en Canal TV Peñol, han demostrado que El Peñol avanza en la medida en que se comunica. 

Las veredas tienen ahora una gran importancia, ya que en el desarrollo agropecuario se sigue cifrando progreso municipal.  Éstas son atendidas con asistencia técnica; un buen sistema vial y de transporte; y ante todo con una promoción humana que vela por la dignidad del hombre y la mujer del campo, como actores de una nueva realidad social. 

Estas referencias nos llevan a la conclusión que el Nuevo Peñol es ciertamente: “Un pueblo socialmente construido”; pueblo que hoy tiene el reto de desarrollar un turismo cultural, que ante todo valore su patrimonio cultural y natural, sus procesos y sus instituciones, como elementos garantes de un futuro donde las nuevas generaciones tengan responsablemente unos espacios para la felicidad. 

 

Con la vinculación especial de la “Fundación MUV para la Educación y la Cultura”, la Fundación Amigos del Museo de El Peñol, la Administración Municipal y la Sociedad de Mejoras al Patrimonio, trabajamos diariamente por estos objetivos sociales. 

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