Rocas Ígneas
Las rocas ígneas o magmáticas, se forman por la solidificación de un magma, masa mineral fundida que contiene elementos volátiles y gases disueltos. El magma puede originarse en los derretimientos parciales, de rocas preexistentes en cualquier capa o en la corteza de la tierra.
El proceso es lento, cuando ocurre en la corteza profunda; se generan rocas intrusivas (plutónicas), formadas por cristales gruesos y reconocibles. El proceso es rápido, cuando el magma llega a la superficie, convertido en lava por desgasificación; se producen rocas extrusivas (volcánicas). Las rocas ígneas intrusivas, son las más abundantes; formando la totalidad del manto y las partes profundas de la corteza. Son las rocas primarias; es el punto de partida, para la existencia de las otras rocas en la corteza.
Normalmente el derretimiento es causado por uno ó más de los siguientes procesos: aumento de temperatura, disminución de la presión o cambio en la composición. Sobre 700 tipos de rocas ígneas, han sido descritas, la mayor parte de ellas, formadas bajo la superficie de la corteza terrestre.
De acuerdo al modo de enfriamiento presentan distintos tipos de cristalización, yendo desde cristales visibles a simple vista en las rocas de enfriamiento más lento, hasta la estructura vítrea de la obsidiana, producida por una violenta reducción de temperatura en el curso de una erupción volcánica.
Las estructuras originales de las rocas ígneas son: 1. Plutones. Formas masivas, originadas a gran profundidad. 2. Diques. Constituidos en el subsuelo, como rellenos de grietas. 3. Coladas volcánicas. Mantos de lava, enfriada en la superficie.
Por lo general las rocas ígneas, junto con las metamórficas, son más competentes que las sedimentarias. Por esta razón se utilizan con frecuencia en la construcción.
Según la composición del magma de partida, más o menos rico en sílice (SiO2), se clasifican en: ultramáficas o ultrabásicas, máficas, intermedias y siálicas o ácidas. En general, las rocas más superficiales, son más ácidas y más ricas en sílice.
Un caso especial son los depósitos piroclásticos, formados por la caída de bombas, cenizas y otros materiales, arrojados al aire por erupciones más o menos explosivas. Los conos volcánicos se forman con estos materiales, a veces, alternando con coladas de lava solidificada (conos estratificados).
Ejemplos de rocas ígneas son: diorita, riolita, pórfido, gabro, basalto, granito.