
Una construcción social: ¿activa o pasiva?
Uno de los grandes retos, preocupaciones e incertidumbres, en toda sociedad y en casi todos los seres humanos, es tratar de responder a la pregunta por el mañana, es decir por el futuro; porque esto determina el actuar de hoy y sobre todo, porque se está permanentemente a la búsqueda de certezas. La importancia que para muchos tiene la planeación, es justamente tratar de conducir el actuar de hoy, para acercarse a un futuro deseado. (Javier Medina Vásquez).
En las últimas décadas, nuestro municipio ha vivido varios acontecimientos históricos, dejando huellas en sus aspectos culturales. A continuación, se mencionan algunos: celebración del contrato maestro para garantizar un justo proceso de compras de propiedades, traslado y ubicación. Llegada de pobladores nuevos (nacionales y extranjeros) como veraneantes y como neo rurales. Elección popular de alcaldes y sus proyectos de gobierno. Violencia guerrillera y paramilitar de varias fuentes. Impactos negativos del microtráfico de alucinógenos. Reforma administrativa municipal a partir de la Ley 617 de 2000. Creación de nuevas instituciones como dinamizadoras de la economía local. Creación de una nueva parroquia y de nuevos grupos culturales.
¿Cuántos temores, actos y cambios se produjeron, se producen y se producirán, en la comunidad peñolense?
Desde la condición humana, el temor es inherente y comprensible; porque no es fácil renunciar a esquemas mentales, grupales y comunitarios, elaborados desde los antepasados, en aras de una forma nueva de vivir en lo personal, familiar y comunitario. El tejido social no es estático, siempre es dinámico y cambiante; a veces para no mejorar en calidad de vida.
Los actos humanos son manifestaciones de los quehaceres diarios. Están signados por aspectos genéticos, relaciones sociales, procesos educativos, creencias espirituales, opciones políticas y vivencias éticas. Entonces, cada acto, nace envuelto y sostenido por una estructura compleja, formada por relaciones variadas y múltiples.
Un acto puede ser la consecuencia de una opción, de una actitud, de un compromiso y a su vez, ser la causa, de otra opción, otra actitud, otro compromiso. Pero, una señal de alerta, sutilmente debe observarse: un acto también puede ser el principio de un sin sentido, de manifestaciones no acordes con lo fundamental y muchas veces, distantes del deber ser de las normas éticas y jurídicas.
Tomas de Aquino, define la norma como una ordenación racional, encaminada al bien común, promulgada por personas, que tienen a su cuidado, la comunidad. Las normas, son expresiones del deber ser, que nacen de actos humanos, orientados por valores éticos y morales, para el beneficio de un pueblo, que marcha hacia el desarrollo humano integral.
El desarrollo humano integral, o como otros le dicen, a escala humana; nace y se orienta en una participación y profundización democrática, como sería lo ideal; facilitando una práctica directa y participativa, que cambie el papel, tradicionalmente paternalista de los estados latinoamericanos, en un motivador de soluciones creativas; emanadas desde abajo y hacia arriba; congruentes con las necesidades y aspiraciones reales de un pueblo, una región, un país.
¿Cuáles deberán ser los elementos para avanzar en una construcción social, activa y no pasiva? La respuesta es sencilla, está al alcance de todos, desde sus particularidades y posibilidades: DIALOGAR Y EDUCAR, ENTRE TODOS; PARA VIVIR EN PAZ, CONSIGO MISMO Y CON LOS DEMÁS.
Desde los coqueteos tenues entre la pareja, desde el vientre materno, cuando la vida gestante, responde a los estímulos de los padres; desde el comienzo de los procesos escolares; desde la apertura al mundo del sentimiento en sus diferentes expresiones; desde el debate político ético, para administrar lo público como un servicio comunitario y desde las manifestaciones trascendentales, hacia un Dios de Vida, para vivir en libertad: nace el diálogo, como piedra angular; como elemento fundamental de las relaciones familiares, sociales; desarrollo de una cultura de vida y no de manifestaciones de muertes sin sentidos y por doquier.
El diálogo, nunca deberá ser una palabra vieja, nunca deberá desgastarse, nunca deberá ser manoseado y nunca deberá ser la excusa de retóricos, para encarcelar, desaparecer, asesinar y perpetuar dominios. Siempre deberá ser una palabra que resista, se mantenga en pie y sobreviva, a los usos perversos de los seres humanos.
Una educación nueva y planeada se requiere, trabajada con toda la comunidad; una educación que enseñe a sentir, ser, pensar, aprender permanentemente, comprender estratégicamente, hacer pertinente, percibir globalmente, amar y vivir solidariamente.
Amable lector: la construcción social peñolense, ha sido: ¿activa o pasiva?, ¿has participado? A veces, nunca es tarde para colaborar.
(Mensaje del Director de la Fundación Amigos del Museo de El Peñol, Luis Alfonso Montes Velásquez).