
exposición «artilugios, cuando los objetos no mueren»
Desde el 17 de junio de 2025, puede observarse en el museo la exposición «Artilugios, cuando los objetos no mueren» todo un homenaje a los objetos que nos merecen cariño y recuerdos. Aunque los éstos no están hechos de sudor y de sangre, se mueren como todo ser vivo y luchan por su supervivencia. El que un objeto perdure o no en el tiempo, depende de la vida que haya llevado; de los dueños que haya tenido; de la manera cómo acompañó a su poseedor o cómo llegó a sus manos; y del trato que éste le dio. Es en estas relaciones donde el objeto crece o se muere.
Es un crecimiento muy particular porque él físicamente no cambia y no aumenta de tamaño. Se hace más o menos pequeño, en la medida en que por proyección ocupa la memoria o el corazón de quien lo poseyó. De esos significados depende su vida y también su muerte. Los objetos con su sola presencia hablan. Hablan de las personas a quienes pertenecen, haciendo evidente su gusto; su condición social y económica o sus intereses. Es algo que de alguna manera orienta las relaciones cotidianas de su dueño.
Pero los objetos también hablan de ellos mismos: de lo que son y de lo que están hechos. Hablan de quienes los hicieron y de las técnicas que utilizaron; de los recursos que emplearon para elaborarlos. Cuando un objeto logra crecer en el corazón o la memoria de una persona o familia, deja de ser patrimonio individual y se convierte en patrimonio cultural de una colectividad. Sale del contexto familiar o de la simple decoración de la casa y pasa a ser testigo silencioso de su época, para ser exhibido en el museo, donde entra a convivir con otros objetos que nunca imaginó.